Metales refractarios en la industria del automóvil
Avances que marcan tendencia para las personas y los vehículos
Para nosotros, en Litty, la excelencia técnica es tan importante como la satisfacción del cliente. Muchos de los grandes avances de la tecnología automovilística moderna se deben a metales refractarios como el tungsteno, el tántalo, el niobio o el molibdeno. El uso de estas materias primas en estado puro o aleado es indispensable para la industria del automóvil y sus empresas proveedoras. Los metales refractarios se utilizan principalmente en el campo de los motores, donde los componentes tienen que soportar grandes esfuerzos térmicos y mecánicos. Las marcas de automóviles más vanguardistas siempre han confiado en las ventajas que ofrecen los metales refractarios.
Uso de metales refractarios en la industria del automóvil
Los metales refractarios como el tungsteno se utilizan, por ejemplo, en la construcción de bujías, calentadores, cámaras de combustión o álabes de turbina. También se encuentran en los sistemas de escape porque soportan bien las altas temperaturas y contribuyen a que los gases de escape sean más limpios y respetuosos con el medio ambiente.
En general, los metales refractarios en la industria del automóvil ayudan a que los motores y los sistemas de escape sean más potentes y duraderos. Permiten fabricar piezas que deben soportar altas temperaturas y al mismo tiempo son ligeras y resistentes. En las carreras, por ejemplo, las placas de tungsteno sirven como "elementos de equilibrado" muy especiales.
¿Sabía que...?
¿Sabía que el tungsteno también se encuentra en los coches eléctricos? Un equipo de investigación británico está trabajando en una solución para cargar los coches eléctricos de forma ultrarrápida. Su "aleación mágica" se llama óxido de niobio-tungsteno. Si se utiliza en lugar de grafito en el ánodo, se supone que los iones se vuelven más "móviles", lo que acelera enormemente el tiempo de carga: concretamente hasta el 90% en cinco minutos.